sábado, 24 de febrero de 2007

La motivación, elemento indispensable para la enseñanza de la lectoescritura.


En la siguiente unidad se trabajará con la importancia que tiene la motivación para la adquisición de la competencia escrita y la comprensión lectora. Para ello, en la unidad anterior se dio a conocer las diversas estrategias que pueden emplearse al momento de iniciar actividades que involucren la expresión escrita y la lectura, con la finalidad de que el docente incentive a sus alumnos a realizar dichas actividades por placer y no por deber.
Para dar inicio a los contenidos conceptuales de esta unidad, hay que partir de la siguiente interrogante:
¿Qué es la motivación?
La motivación es lo que hace que un individuo actúe y se comporte de una determinada manera. Es una combinación de procesos intelectuales, fisiológicos y psicológicos que decide, en una situación dada, con qué vigor se actúa y en qué direccion se encauza la energía
Dentro de ámbito educativo la motivación actúa como una fuerza interior en la prosecución de los aprendizajes. En esa dirección la comunicación que se ofrece tiene el propósito de mostrar que existe una relación entre motivación y escritura tomando en consideración los fundamentos de la Pedagogía Integradora (Fraca, 2003).
Sin embargo, recordemos que existen dos tipos de motivación, la intrínseca y la extrínseca. Es intrínseca, cuando la persona fija su interes por el estudio o trabajo, demostrando siempre superación y personalidad en la consecución de sus fines, sus aspiraciones y sus metas. Es el hecho de realizar una actividad por el placer y la satisfacción que uno experimenta mientras aprende, explora o trata de entender algo nuevo. Aquí se relacionan varios constructos tales como la exploración, la curiosidad, los objetivos de aprendizaje, la intelectualidad intrínseca. Es extrínseca cuando el alumno sólo trata de aprender no tanto porque le gusta la asignatura o carrera si no por las ventajas que ésta ofrece. La motivación extrínseca pertenece a una amplia variedad de conductas las cuales son medios para llegar a un fin, y no el fin en sí mismas.
Siempre se ha dicho que es necesario estar motivados para emprender cualquier
actividad en nuestra vida. En la escuela esto es realmente importante para la enseñanza y el
aprendizaje, pero para la mayoría, la motivación es un misterio en la educación.
Cuando se habla de la escuela lo primero que se piensa, sin duda, es en niños dentro del aula recibiendo instrucciones en determinada área del conocimiento para realizar trabajos y tareas que luego el docente revisa para hacer una evaluación de lo aprendido. En este sentido, se está pensando en una escuela totalmente tradicional donde las relaciones docente – alumno no van más allá de dar y recibir instrucciones para ejecutar acciones en los diferentes contenidos de las áreas académicas. Sin embargo, el momento histórico que se está viviendo precisa de una escuela diferente.
Dentro de la Pedagogía Integradora, propuesta por Lucia Fraca aboga por una relación bidireccional e integral entre docente y alumno, en la cual ambos agentes participantes del hecho educativo son cada día más activos y responsables de sus procesos de enseñanza y aprendizaje. Asimismo, los medios que se utilizan para lograr efectividad en las actividades de aula son totalmente distintos.
Por un lado, el aprendizaje es más activo, pues se hace necesario en la construcción del conocimiento, aprender haciendo. Por el otro, la enseñanza es mediadora, puesto que el docente se muestra como un mediador que organiza y orienta el proceso a través de sus planes, empleando un sinfín de estrategias para abordar los procesos tomando en cuenta la motivación como elemento que impulsa al individuo a lograr sus metas.
Una de las actividades más frecuentes y que menos se toma en cuenta en la escuela es la escritura. El estudiante expresa a través de los textos que construye de forma natural, no sólo sus conocimientos y experiencias, sino sus emociones y, en este sentido, el docente debe tomar en cuenta los motivos para orientar el proceso de escritura en sus alumnos. De igual modo deben considerarse los cambios que se generan en la actuación de los profesores, pues ellos constituyen los factores contextuales inmediatos que influyen en la motivación de los alumnos hacia el aprendizaje (Pozo, 1999).
Por otra parte, la falta de interés y de incentivos en el aula son algunos de los grandes problemas con los cuales se encuentra el docente en la escuela, aunque sabemos que esta situación es el resultado de un conjunto de experiencias, éxitos y fracasos, expectativas y frustraciones, pues no es fácil entender que querer es poder. La motivación constituye un conjunto de patrones de acción que activa al individuo al logro de determinadas metas, con una carga emocional que se instaura en la cultura personal del sujeto.
Según lo antes expuesto, se demuestra que tanto docente y alumno deben estar motivados para llevar a cabo el proceso de enseñanza – aprendizaje, no sólo en el área de lengua y literatura, sino de todas las áreas académicas y trabajar en función de propiciar un desarrollo integral del individuo, proporcionando los medios necesarios para alcanzar los objetivos planteados en la planificación actual, donde se requiere de actividades globalizadas en las cuales el niño sea partícipe de su propio aprendizaje. Por tal razón, la responsabilidad de motivar no es solo del docente hacia los alumnos sino que debe ser reciproca, puesto que de esta manera se logra activar la motivación intrínseca y extrínseca de ambos.

¿CÓMO SE MOTIVA A LOS DOCENTES?
Inicialmente se plantea a los docentes aplicar un conjunto de estrategias en sus planes de trabajo basadas en los fundamentos de la Pedagogía Integradora.

Otro de los aspectos importantes dentro de la Pedagogía Integradora es la concepción de la didáctica de la lengua sobre la base del texto como unidad de análisis. Para ello, se debe tomar en consideración los siguientes aspectos:

1. Al ingresar a la escuela formal, el niño ya posee un conocimiento acerca de la
lengua escrita y de los textos que le permite abordar su aprendizaje a partir de
la noción de “el lenguaje que se escribe”.
2. La lengua escrita se concibe como un código alfabético de unidades grafémicas, un sistema de escritura vinculado a la lengua oral, pero no equivalente a ella. En consecuencia, no hay correspondencia uno a uno con las unidades del sistema oral. La escuela debe partir de esa diferenciación y no concebir la escritura como el “calco gráfico” de la oralidad, pues la escritura
constituye una manera distinta de expresión lingüística, cuyas características y
usos deben ser enseñados en la escuela.
3. La escuela constituye la institución social destinada a la formación intelectual y
social del individuo. En tal sentido, es la encargada de proporcionarle las experiencias necesarias para lograrlo. Si la lengua escrita constituye un hecho comunicativo de carácter social, la escuela debe proveer los diversos recursos escritos considerados como funcionales dentro de la sociedad.
4. Asimismo, la escuela debe proporcionar los materiales escritos adecuados que permitan al niño adquirir el conocimiento acerca del sistema o sistemas de escritura para su adecuado uso y funcionalidad.
5. La lengua escrita también constituye el instrumento para la formación de nuestra teoría del mundo y para la transmisión de conocimientos. Por consiguiente, la escuela deberá proporcionar mecanismos que permitan el desarrollo del intelecto y el enriquecimiento del conocimiento compartido.
6. Si se acepta la definición de la escritura como una actividad psicosociolingüística, la escuela deberá hacer énfasis en los procesos de enseñanza y aprendizaje a partir de esta concepción multidimensional.
7. Por último, es necesario señalar que el desarrollo de las capacidades lingüísticas (hablar-escuchar-leer-escribir) se debe trabajar integralmente en el medio escolar, a partir del desarrollo de las competencias lingüísticas, cognoscitivas y comunicativas de los niños en relación con las demandas de nuestra sociedad y de nuestro siglo.

Esta pedagogía es el impulso para iniciar los cambios didácticos en el equipo docente. Es un modelo educativo apoyado en el aprendizaje por mediación de Vigotsky y el aprendizaje significativo de Ausubel. El desarrollo de este modelo de enseñanza aprendizaje, propuesto por la Dra. Lucía Fraca, presenta igualmente un basamento teórico natural que deriva de la concepción que se tiene del hombre como ser multidimensional (hombre que piensa, razona, siente, actúa), considerando que el hombre utiliza el lenguaje como un medio para su comunicación y socialización, buscando en la escuela un eje pedagógico que integre todas sus competencias y permitan entonces un desarrollo metacognitivo y metalingüístico.

Por lo tanto, Lucia Fraca plantea al docente los siguientes objetivos que se pueden alcanzar con la aplicación de la Pedagogía Integradora:

• El niño puede lograr su potencial para el aprendizaje de manera independiente, pues lo que requiere es la mediación de un docente o un par competente.
• Selección y uso de instrumentos y herramientas que permitan realizar tareas de forma funcional e independiente o con ayuda de alguien más informado.
• La transferencia de lo aprendido al que menos sabe. La mediación por pares como incentivo para el desarrollo del valor de la convivencia y la solidaridad.
• El docente concebido como mediador y con el objeto de lograr el nivel esperado, necesita creer y trabajar en función del conocimiento que tienen los niños, su potencial e interés generales. En tal sentido, la actividad de la lectura y escritura se evidenció como un aprendizaje primero interpsicológico (entre personas) y luego intrapsicológico (dentro de la persona) realizado por la interacción y mediación escolar (Fraca, 2003).
Dentro de esta pedagogía, el docente en su formación como mediador debe considerar algunas condiciones del aprendiz al realizar sus planes de trabajo. Entre ellas se pueden enumerar:
• El conocimiento previo como teoría del mundo que posee el alumno.
• Una actitud activa y dinámica hacia la adquisición de nuevos conocimientos. Una motivación para aprender a aprender.
• La disposición a querer aprender y estar consciente de que todo lo que se aprende requiere de estar preparado y motivado para ello.

Cuando se trabaja con esta pedagogía, el docente al planificar sus actividades y estrategias, debe tomar en cuenta ciertos aspectos para mantener el estado motivacional del aprendiz.

1. Hacer un diagnóstico del conocimiento previo de sus alumnos.
2. Organizar el nuevo conocimiento para trabajar con estrategias didácticas atractivas y proyectar a sus alumnos la importancia del nuevo conocimiento.
3. Evaluar las experiencias que se den durante el proceso para orientar la participación de todos los estudiantes y que durante el proceso se puedan mejorar aquellos aspectos que se detecten como insuficiencias y propiciar experiencias nuevas para resolverlas.
4. Planificar los Proyectos Educativos Integradores (Fraca, 2003) y considerar los
distintos contenidos del Curriculum Básico Nacional.
La organización de estos proyectos de acuerdo con la estructura de la Pedagogía Integradora requiere de dar sentido a las actividades que se emprenden, ayudar a los alumnos a organizar su
trabajo, permitir que tomen decisiones, facilitar la integración de la familia y la comunidad. De este modo, el docente, conjuntamente con los estudiantes, organiza los contenidos y planifica sus actividades de aula siguiendo sus pautas personales, define sus propias estrategias integradoras y trabaja en el aula con libertad, haciendo que en su contexto se mantenga la armonía en el desarrollo de cada una de las áreas académicas.

LAS ESTRATEGIAS INTEGRADORAS
Las estrategias constituyen vías o tareas que llevamos a cabo para lograr un propósito, cualquiera que éste sea. Específicamente, en el ámbito educativo se refieren a todas aquellas actividades que los actores del escenario educativo (docentes, alumnos y comunidad escolar) diseñan, planifican y ejecutan con miras a la realización de un proyecto o el logro de algún propósito curricular. Para el diseño de estrategias integradoras se han tomado en consideraciónlos siguientes aspectos:
Naturalidad: toda estrategia que contemple una interacción lingüística deberá emplear textos naturales -que tengan existencia real dentro del marco en el que se encuentren-; por ejemplo, artículos de prensa que aparezcan en periódicos reales, textos informativos extraídos de textos científicos o de otro tipo. Asimismo, tales materiales deben ser insertados y contextualizados en relación con los ambientes en donde se ubican socialmente. Un texto científico deberá vincularse a un contexto académico y no de diversión, como los que se encontrarían en los libros de chistes, por ejemplo.
Significación: esta característica se refiere básicamente a lo importante y pertinente de la estrategia. La significación de una tarea escolar debe estar en concordancia con las necesidades en intereses, tanto de los educandos como de los docentes. Por ejemplo, a los niños se le muestran cuentos muy hermosos, con figuras llamativas y de agradable formato, pero el contenido puede no ser interesante, ni pertinente a los alumnos, pues tratan de temas que quizás en ese momento, no les interesan a los estudiantes, o que éstos carecen de conocimiento previo sobre el tópico y se aburren o no hacen las actividades con la debida atención. La significación debe estar acompañada de la pertinencia y de la utilidad, pues de lo contrario, carecerá de sentido y de interés para la interacción educativa.
Motivación: este aspecto se deriva del anterior, pues una estrategia poco significativa, será también poco incentivadora. La motivación es uno de los elementos más importantes en cualquier planificación estratégica, pues de las ganas que se tenga de hacer algo, depende directamente el éxito en su realización.
Creatividad: Las nuevas corrientes en relación con el desarrollo integral del niño plantean la necesidad de fomentar la creatividad del ser humano, el pensamiento divergente y eso que se ha llamado, la intuición y el sexto sentido. De allí que toda estrategia deba dirigirse a facilitar dicho desarrollo. En tal sentido, éstas deberán apuntar hacia ello. Una estrategia favorecerá la creatividad en la medida en que promueva en el niño el lado poco convencional de las cosas, el pensamiento crítico y la resolución de problemas. También favorece la fantasía infantil y la creación de mundos posibles a través de la literatura. Tales aspectos son también importantes para la conformación del ser humano integral.
Dinamismo: Las estrategias deberán ser activas, interesantes y estar en concordancia con el nivel de aplicación. De todos es sabido que los niños más pequeños poseen tiempos de atención bastante cortos, y por ello las actividades que se planifiquen para el nivel de Preescolar deberán tomar en cuenta tales aspectos. Asimismo, varía la complejidad de la tarea, pues aquellas estrategias más complejas deberán dejarse para los grados superiores. En estos niveles los niños ya poseen unos tiempos de atención más prolongados y sus representaciones y procesos de conocimiento son también más avanzados.

LA MOTIVACIÓN COMO RECURSO PEDAGÓGICO
La motivación es uno de los elementos más importantes en cualquier planificación estratégica, pues de las ganas que se tengan de hacer algo, depende el éxito. Por ello, dichas estrategias deben ser significativas y de interés para no perder la integración de otros elementos como la naturalidad, la creatividad y el dinamismo.
Inicialmente se deben elaborar planes de enseñanza y aprendizaje donde cada docente cree nuevas estrategias didácticas. Al lograr estos cambios en la estructura metodológica tradicional, la institución apoyara el trabajo de cada docente. Las investigaciones muestran que la motivación de un estudiante está en función de la relevancia de lo que recibe para sus intereses y metas de aprendizaje, de adquirir seguridad y confianza en sus propias habilidades y de sentirse a gusto en el ambiente de aprendizaje, entre otros aspectos.
Existe una correlación directa entre la motivación y los resultados de aprendizaje y ésta varía en función de lo que sucede en el salón de clases. Muchos estudiantes realizan una actividad escolar porque se sienten obligados. Es importante que descubran su utilidad y el valor de los conceptos y habilidades que pretenden desarrollar (Beltrán, 1995).
La motivación suele mantenerse si el estudiante percibe que tiene el control sobre los desafíos que se le presentan. Esta sensación de control puede generarse si las habilidades y conceptos a desarrollar son introducidos gradualmente y el alumno siente que va adquiriéndolos. La motivación condiciona la forma de pensar del alumno y con ello el tipo de aprendizaje resultante. Por eso se afirma que querer aprender y saber pensar son las condiciones básicas que permiten la adquisición de nuevos conocimientos y la aplicación de lo comprendido de forma efectiva cuando se necesita.
Para finalizar, recordemos siempre que nuestras emociones y estado motivacional proyectan lo que realmente somos en lo que hacemos. La motivación entonces se relaciona con todas las actividades de nuestra vida y en la escuela es factor fundamental en el desarrollo de individuos motivados hacia aprender a aprender.

PRÁXIS PEDAGÓGICA.

Como se ha venido estudiando, la motivación es factor fundamental dentro del desarrollo del proceso educativo. Por lo tanto, el docente debe promover en el aula de clase un ambiente activo donde el estudiante sea el constructor de su propio conocimiento y el docente sea el mediador y facilitador del aprendizaje.
Para lograr incentivar a los estudiantes en la expresión escrita y la comprensión lectora, es necesario que el docente aplique temas de interés, materiales impresos adecuados, juegos, canciones y estrategias acordes con el nivel en el que se encuentran sus alumnos.
Es importante, que los estudiantes no sólo se limiten a realizar actividades por cumplir con un requisito académico sino que realice dichas actividades por placer, que a su vez se convertirá en un aprendizaje significativo.
Si se trabaja este elemento en el aula de clase se logrará despertar el interés en los alumnos, un desarrollo psicosocial y cognitivo, se incentivara el rol activo por parte del estudiante y los mas importante se promoverá el desarrollo actitudinal del alumno tomando en consideración la motivación, no solo en al ámbito académico sino también en el desempeño de las actividades cotidianas como sujeto que conforma una sociedad.
En suma, la motivación es un factor determinante que debe tomarse en cuenta al momento de realizar la planificación integral, con el fin de permitir tanto a los estudiantes como al docente, el alcance de los objetivos.


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